
Erik Quintela
Desde que era pequeño, el baloncesto ha sido mi gran pasión. Recuerdo aquellos días en los que veía al Breogán con mis padres y soñaba con poder estar en medio de la pista con mis ídolos. Así es como empecé a sentir que quería jugar a baloncesto y desde aquel momento aprovechaba cada entrenamiento para mejorar y disfrutar, me pasaba horas y horas jugando, ya fuera en el pabellón de Frigsa o en los veranos en la aldea con mi hermano. Para mí, cada bote de balón era una oportunidad de aprender y disfrutar del juego. Esa emoción por jugar, por mejorar, me acompañó en cada etapa de mi vida, y fue lo que me llevó a dar el salto al baloncesto profesional.
A lo largo de mi carrera, he tenido la oportunidad de jugar en muchos equipos y sitios diferentes y de cada uno me he llevado grandes amigos y muchos conocimientos. Esto me ha permitido adquirir una visión amplia y profunda del baloncesto, siempre con la intención de mejorar tanto dentro como fuera de la cancha.
Una de las experiencias más enriquecedoras de mi carrera ha sido jugar con compañeros de diferentes países. El baloncesto es un lenguaje universal, y al compartir vestuario con jugadores de todo el mundo, he aprendido que cada cultura aporta algo único al juego. La diversidad de estilos, enfoques y mentalidades me ha permitido crecer tanto como jugador como persona. He entendido que, más allá de las diferencias, lo que nos une es el amor por el deporte y el deseo de superarnos juntos. Esta experiencia me ha enseñado la importancia de ser abierto, respetuoso y adaptable, cualidades esenciales tanto en la cancha como en la vida.
Mi filosofía de juego está centrada en el trabajo en equipo, la disciplina y el compromiso. El baloncesto es un deporte colectivo, y creo firmemente que el esfuerzo conjunto es lo que nos lleva a alcanzar los objetivos. Mi misión en este campus es ser un referente para los participantes, no solo en cuanto a habilidades técnicas, sino también a la hora de transmitir valores como la superación personal, la constancia y la importancia de mantener siempre una actitud positiva, tanto en los momentos difíciles como en los más exitosos.
A través de mi experiencia, he aprendido que el camino hacia el éxito no es lineal, y que cada derrota es una lección que nos fortalece. Este campus es la oportunidad para aprender, disfrutar y compartir juntos la pasión por el baloncesto, ¡y estoy aquí para acompañaros en cada paso de esa travesía!
Trayectoria como profesional:
- Breogán (2012-2013)
- Maia Basket (2013-2014)
- Xuven Cambados (2014-2017)
- Clavijo (2017-2018)
- Iberojet Palma (2018-2020)
- Breogán (desde 2020)
Después de tres años en Cambados me llega la oportunidad de jugar en LEB Oro en Clavijo y de poder darme a conocer en la liga. Mejoré mucho durante esa temporada y eso hace que en Mallorca se fijen en mi y me fichen. En la isla disfruté de dos años mágicos en los que rozamos el ascenso a la ACB.
Muchas ciudades y muchos equipos donde he disfrutado del baloncesto, un camino que me ha traído de vuelta a Lugo y al Breogán, el equipo de mi ciudad, por tercer año consecutivo en ACB, habiendo disputado por segunda vez en la historia una competición europea y, ojalá el sueño se siga prolongando mucho más.
Cuando no tengo un balón de baloncesto en las manos me gusta pasar tiempo con mis amigos, ya sea de comilona o jugando un partido de fútbol. Otra de mis grandes pasiones son los perros, tenemos dos en casa y no hay nada como el paseo nocturno con ellos.